Principios para Líderes Cristianos

Principios para Líderes Cristianos

Ellen G. White

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"Si alguien aspira al cargo de presidir la comunidad, a un buen trabajo aspira. Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible. Debe ser esposo de una sola mujer y llevar una vida seria, juiciosa y respetable. [...] Por lo tanto, el dirigente no debe ser un reciéntenme convertido, no sea que se llene de orgullo y caiga bajo la misma condenación en que cayó el diablo. También debe ser respetado entre los no creyentes, para que no caiga en deshonra y en alguna trampa del diablo."
1 Timoteo 3: 1-7

"Deseo hablar con mis hermanos que ocupan puestos de confianza. Como gestores al servicio de Dios, ustedes están investidos de la responsabilidad de actuar en su lugar, como colaboradores suyos. Los dirigentes deben tener autoridad, pero nunca han de usarla como un poder que les permita negar la ayuda a los necesitados y desamparados. Nunca debe ejercerse para desalentar o deprimir a un alma en apuros. Recuerden siempre quienes han recibido cargos influyentes que Dios desea que manifiesten la mente de Cristo, quien, como creador y Redentor, es el dueño de todos los seres humanos." (p. 72, 73)

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"Si alguien aspira al cargo de presidir la comunidad, a un buen trabajo aspira. Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible. Debe ser esposo de una sola mujer y llevar una vida seria, juiciosa y respetable. [...] Por lo tanto, el dirigente no debe ser un reciéntenme convertido, no sea que se llene de orgullo y caiga bajo la misma condenación en que cayó el diablo. También debe ser respetado entre los no creyentes, para que no caiga en deshonra y en alguna trampa del diablo."
1 Timoteo 3: 1-7

"Deseo hablar con mis hermanos que ocupan puestos de confianza. Como gestores al servicio de Dios, ustedes están investidos de la responsabilidad de actuar en su lugar, como colaboradores suyos. Los dirigentes deben tener autoridad, pero nunca han de usarla como un poder que les permita negar la ayuda a los necesitados y desamparados. Nunca debe ejercerse para desalentar o deprimir a un alma en apuros. Recuerden siempre quienes han recibido cargos influyentes que Dios desea que manifiesten la mente de Cristo, quien, como creador y Redentor, es el dueño de todos los seres humanos." (p. 72, 73)

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